jueves, 7 de mayo de 2009

LA PLAZA DE SAN FRANCISCO DE ASIS


• Una de las plazas de la Habana Colonial, elemento importante del paisaje urbanístico, fue la más popular por estar relacionada con la vida económica de la Villa y ella es la de San Francisco de Asís.
Cuando el ingeniero Cristóbal de Roda levantó su histórico plano regulador de La Habana en el año 1603, las aguas de la bahía de La Habana se adentraban en esta zona de la actual plaza, hasta la calle de los Oficios.
En 1628, se acuerda hacer una plazoleta, muy cerca de la Aduana, por la necesidad de abastecer de agua a las armadas y las flotas, además de disponer de un espacio para depositar las mercancías desembarcadas y así no obstruir la calle.
El nombre de esta plaza se debe al convento de San Francisco de Asís ubicado en este lugar desde finales del siglo XVI y donde cada año, el día 3 de octubre, se comenzaban a celebrar las populares ferias de dicho santo, que se realizaron hasta el año 1841, cuando se decretó la secularización del convento franciscano.
Años mas tarde, la plaza va adquiriendo mayor auge comercial en la vida de la ciudad, construida al estilo barroco y donde residieron el Gobernador y la aristocracia habanera. En ella se instalaron archivos e instituciones gubernamentales que permanecieron aquí desde finales del siglo XVII hasta que se trasladaron a la Plaza de Armas en el 1791.
En 1836 se instaló en ella la fuente de los Leones, obra del italiano Gaggini y obsequiada a La Habana por Claudio Martínez de Pinillos, conde de Villanueva.
Una de las edificaciones construidas en el siglo XX , frente al convento, es la Lonja del Comercio donde se realizan las operaciones mercantiles de la zona.
La plaza de San Francisco, en las calles Oficios y Amargura, vuelve a tomar vida gracias a las obras de restauración en el Centro Histórico y hoy es uno de los lugares más bellos y concurridos, donde algunas jóvenes que cumplen 15 años y las parejas que se casan, se fotografían aquí en busca de su paisaje. También se puede disfrutar de paseos en coches, degustar en el restaurante Café del Oriente o sencillamente transitar por sus más bellos rincones. •

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