sábado, 2 de mayo de 2009

El Palacio del Conde Lombillo


FOTO: Coralia Rivero

• En el lado Este de la Plaza de la Catedral que hace esquina a la calle de Empedrado, por donde tiene su entrada principal, está la casa del conde Lombillo, con un largo historial, donde sólo es posible señalar los puntos más importantes.
Su propietario en el comienzo del siglo XVII fue Alonso Hernández de Ayones, luego le siguió don José Pedroso y Florencia, quien instaló una fábrica en su interior y construyó casas altas y bajas haciendo esquina a Mercaderes y a la plaza. Más tarde, el Cabildo le concedió una parte más de terreno y el derecho a fabricar portales. De este modo la casa de Pedroso asumió la forma en que la vemos hoy, a excepción de los balcones que debieron ser de madera.
En 1871 la casa fue adjudicada a doña Concepción Montalvo y Pedroso, casada con don José Lombillo, en cuya familia recayó el título de conde de Casa-Lombillo y de ahí que se le conozca impropiamente como la casa del conde de Lombillo.
Su hermano era el tercer conde de este título, pero no se sabe que habitara en este lugar.
La entrada principal conduce a un zaguán —vestíbulo— de cuyo extremo posterior comienza la escalera, más allá de la cual hay un patio relativamente pequeño —sin duda, como en otros casos— por ser la casa de esquina con amplia iluminación y ventilación desde el exterior; la entrada por la plaza tiene también un zaguán que conduce al mismo patio, el cual constituye así un elemento de comunicación entre ambas entradas. Las dos tienen guarniciones típicas del barroco primitivo, formadas por columnas que llenan cabalmente la finalidad arquitectónica de destacar las entradas.
En el interior, algo irregular, denota la antigüedad y vicisitudes de la fábrica, pero es muy característico y de mucho interés.
Durante varios años este palacio ha sido utilizado para varias funciones, Después de una gran remodelación, se encuentra hoy en ella, la sede de la Oficina del Historiador de la Ciudad del doctor Eusebio Leal Spengler, donde ya en el año 1947, fue de su predecesor Emilio Roig de Leuchsenring.
Se encuentran también, el Plan Maestro de Revitalización Integral del Centro Histórico, compuesto por un grupo de arquitectos, sociólogos, psicólogos, entre otros, que atienden las obras de restauración; las salas de exposiciones, donde se realizan varias actividades culturales, como la presentación de la revista Opus Habana, que tiene sus oficinas de redacción en este mismo lugar. •

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